El Salvador fue el segundo país en esta travesía y de lo que más hubo durante mi recorrido a través de él fueron sonrisas y buenas caras. Desde que pasamos la frontera, los niños corrían a las puertas de sus casas o escuelas esperando respuesta a gritos de emoción por ver a un grupo de personas en bicicleta llenos de mochilas por todos lados; la gente en general veía con buenos ojos y alegría nuestro paso por sus carreteras.
Mi primer playa, Monsón. Una bonita playa virgen con arena suave y un rió desembocando en el Pacífico. Después, unos días en Tunco, la capital surf de El Salvador donde entrenamos en la playa y nos devolvieron la diversidad cultural de un destino turístico.
De camino desde Monsón hacía Tunco cruzamos camino con Kim, Miri y Muni; un profesor koreano que desde hace 3 años y medio va con sus hijos de 6 años de edad rodando en bicicleta acondicionada con una especie de carruaje donde los lleva y les va mostrando las maravillas y necesidades que el mundo tiene a su paso. Los pequeños hablan 4 idiomas de manera fluida (koreano, ingles, español y portugues); son niños llenos de vida y vivencias por igual. Que bello es que cuando piensas que estas haciendo algo significativo de tu vida, la vida misma llega a darte una bofetada con guante en blanco para decirte que tu apenas estás empezando y que tienes que llegar todavía más lejos.
Mi primer ciudad capital, San Salvador. Donde nos recibió Conejo y el Grupo Raiz con quienes estuvimos casi toda una semana, entrenando todos los días, compartiendo buenos momentos y comiendo muchas pupusas. La capoeira en San Salvador tiene permanencia gracias a que todo este grupo la está rescatando sin apoyo de una figura internacional y gracias a que ellos se mueven y/o viven de arte y cultura les importa que está expresión no se desvanezca.
También tuve oportunidad de participar en una rodada nocturna con un muy organizado grupo de ciclistas urbanos que ya están dándole una promoción y presencia muy fuerte por allá al ciclismo, el cual está en una especie de momento de sobrevivencia gracias a que la reglamentación de tránsito tiene mas de 50 años que no se actualiza. Chequen como se vive y entiende el ciclismo en San Salvador visitando a Ciclistas Urbanos SV. (Y su Twitter)
Los caminos fueron más amables, en un estado muy conveniente. Las colinas no dieron demasiado que decir.
De salida, Playa las Tunas nos despidió permitiendo al grupo dormir en hamacas junto al mar y recibir la brisa del Pacifico antes de seguir hacia Honduras. Mientras eso pasaba los recuerdos de los hallazgos nuevos de esté ultimo país daban vueltas en mi cabeza y así como se emociona un venado de encontrar un nuevo pastizal de donde comer y hacerse más fuerte, me emocioné al sentarme a pensar que nuestro camino se dirigía mas hacía el sur.
En El Salvador no tuve oportunidad de sentir con más paciencia un folclor música típico por lo que tuve que sentarme a investigar un poco más al respecto y encontré cosas muy interesantes como lo siguiente: