Cuando empecé este viaje me hice a la idea de que iba a ser el ciclista ejemplar y que iba a seguir todas las normas de seguridad existentes en “El Libro del Buen Rodar” pero llega un momento en que algunas cosas tienen que priorizarse y también tienes que aprender a ocupar de manera inteligente las 6 o 7 horas que solemos rodar casi todos los días.
Escuchar música mientras ruedo es una de las cosas más peligrosas que hago en este viaje, quizá más que meterme a una roda de capoeira llena de enormes capoeiristas brasileiros que tienen toda la voluntad de demostrar que su capoeira es la mera buena. Y ya me estoy imaginando (al menos los pensamientos) de muchos ciclistas que van a venir a decirme que debería ser mas responsable a este respecto.
No puedo.
La música me gusta por muchas razones, principalmente porque produce en mi cabeza y mi cuerpo una serie de manifestaciones muy particulares que son más sensibles que intelectuales. Hay personas que buscan significados e ideas, yo encuentro ritmos y sensaciones. Me gusta principalmente por como suena y después por lo que significa, razón por la cual siempre he tenido muchos problemas para recordar letras de canciones que me gustan mucho y por la cual soy un fracaso tocando la guitarra. Me gusta lo que hace con mi mente, pero me gusta más lo que hace con mi cuerpo. Los que me conocen sabrían que es la principal razón por la que soy capoeirista.
Es hermoso como puede mejorar o cambiar la manera, ritmo y cadencia con la que pedaleas cuando estas escuchando música; como te puedes inspirar en base a lo que te recuerda una canción o un disco; como te ayuda a que el cansancio y el sol dejen de existir. Como a veces puedes ir bailando y cantando al ritmo de lo que sea que empiece a sonar en mis audífonos.
En los últimos días en los que he recuperado (de muchas formas) una cantidad importante de música me salió la loquera de que me gustaría escribir de lo que pienso, siento y hago mientras la escucho en el camino.
De igual forma he ido captando y recopilando casi toda la música que me es posible y que vale la pena guardar por lo que siempre hay algo nuevo que escuchar y muchas cosas. ¿Porqué no escribir de eso?
Ya sé que se me ocurrió un poco tarde pero aun queda un algo de camino para probar si de este modo puedo escribir un poco más.
También sé que no todo mundo tiene Spotify (aunque deberían) que es donde pongo y organizo las listas que me acompañan en este viaje, estaría chido compartir listas o canciones para que se nos demos una idea de lo que cada quien está escuchando.
En una de esas hasta les comparto mi lista de canciones “con estrellita” que se supone que es lo que más me gusta y que es la lista por defecto que casi siempre suena en modo aleatorio.
en Spotify
Anónimo
Qué chingón, Juanjo. Te lo digo con toda sinceridad. No hay cosa más preciada en esta vida que la libertad. Esa libertad, que al ser Godín, es nula. Qué oportunidad y etapa tan maravillosa y fructificante. Ojalá algún día te des el tiempo de plasmar todo lo vivido. Saludos @betortita